La veocidad de la luz
La velocidad de la luz actualmente no es una magnitud medida, sino que se ha establecido un valor fijo en el Sistema Internacional de Unidades. Desde 1983 el metro ha sido definido como la longitud que viaja la luz en el vacío en el intervalo de tiempo 1/299792.458 de un segundo, de forma que la velocidad de la luz se define en 299792.458 km/s.
Antes de la centuria del 1700 se decía que la luz se transmitía de forma instantánea. Su fundamento estaba bien establecido mediante la observación de eclipses, el error fue el no considerar que la velocidad podía ser tan grande que no se detectara ningún efecto.
Ole Roemer (1644-1710), fue el primero en medir la velocidad de la luz en 1676. Detectó que el tiempo entre los eclipses del satélite Io de Júpiter era menor cuando la distancia decrecía y cuando crecía. La sombra del planeta Júpiter deja oculto al satélite, y se puede detectar sencillamente el momento en el que el satélite aparece de nuevo tras desaparecer poco tiempo de la vista del observador terrestre.
Obtuvo un valor de 214000 km/s, dada la poca precisión con la que se podía medir en esa época la distancia de los planetas.
En 1728 James Bradley (1692-1762) estudió la velocidad observando las aberraciones de las estrellas, que es el desplazamiento aparente de las estrellas referentemente al movimiento de la Tierra alrededor del Sol.
Galileo (1564-1642) dudó que la velocidad de la luz fuera infinita y describió un experimento. La velocidad de la luz es tan elevada que es imposible detectarla mediante su experimento.
La formula
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